Jesús Lorés fue uno de los fundadores y el principal impulsor de AIPO, asociación que presidió hasta el dÃa de su muerte. Los que conocimos a Jesús le recordaremos siempre por su energÃa, su infinita capacidad de trabajo y, sobre todo, por su alegrÃa contagiosa.
La herencia que Jesús Lorés nos ha dejado va más allá de sus artÃculos y libros sobre Interacción Persona-ordenador. Jesús nos deja su utopÃa. Una utopÃa de un mundo sostenible y sin barreras tecnológicas, en donde los ingenieros, los técnicos y los cientÃficos tengamos siempre presentes en nuestros proyectos, ante todo, a las personas.
La utopÃa que Lorés nos deja es algo plausible, puesto que representa un ideal hacia el que orientarse. En un mundo necesitado cada vez más de ideales, éste es quizás su mejor y más valioso legado.
Su utopÃa es también la nuestra, la de AIPO.